Los gastos de sepelio son todos los costes asociados a un servicio funerario, desde el féretro hasta los trámites, sumando una factura media de 3.700€. En esta guía te explico qué son, qué incluye cada partida y quién es el responsable legal de pagarlos. Si buscas una forma de cubrir estos gastos para no dejar una deuda a tu familia, llámanos al 91 079 96 62 y te ayudaremos a encontrar un seguro de decesos.
¿Qué información vas a encontrar en este artículo?
¿Qué son los gastos de sepelio?
Para entenderlo de forma sencilla, el término «gastos de sepelio» es el concepto que engloba todos los costes, productos y servicios necesarios para organizar un funeral, desde el momento del fallecimiento hasta el entierro o la incineración.
No se refiere únicamente al sepelio como acto final, sino a la factura completa que la familia debe afrontar. Un seguro de decesos es, precisamente, la herramienta diseñada para cubrir el 100% de estos gastos.
¿Qué incluyen los gastos de sepelio?
La factura de un funeral se compone de muchas partidas. Estas son las más importantes:
Servicios funerarios
Aquí se incluye el trabajo de la empresa funeraria, como el personal que te atiende, la organización del velatorio y la coordinación de todos los servicios. También se incluye el alquiler de la sala en el tanatorio, un coste que puede variar mucho según la ciudad.
Ataúd o urna
Es uno de los gastos más significativos. Un féretro estándar puede costar alrededor de 1.200€, pero el precio se dispara si se eligen maderas nobles o diseños especiales. En caso de incineración, hay que sumar el coste de la urna cineraria.
Traslados y coche fúnebre
Esta partida cubre todos los desplazamientos necesarios: desde el lugar del fallecimiento al tanatorio, y desde allí hasta el cementerio o crematorio.
Inhumación o incineración
Aquí se incluye el coste del acto final. Si es una inhumación (entierro), se paga por el alquiler del nicho o la tumba. Si es una incineración, se paga por el servicio de cremación.
Trámites administrativos y gestoría
El papeleo no solo es un lío, también cuesta dinero. Esta partida cubre las tasas para obtener certificados, la inscripción en el Registro Civil y, a menudo, los servicios de un gestor que se encargue de todo.
Como puedes ver, la suma de todos estos conceptos hace que el precio de un entierro sin seguro sea bastante elevado. Por eso, la forma más sencilla de evitar que tu familia tenga que preocuparse por esta larga lista de costes es con un seguro de decesos.
¿Quién debe cubrir los gastos de sepelio?
La ley es muy clara en este punto. Según el Código Civil, la responsabilidad de pagar el funeral recae sobre los herederos legales del fallecido.
Los gastos se pagan con el dinero de la «masa hereditaria» (los bienes que ha dejado el difunto). Si en la herencia no hay dinero suficiente para cubrir la factura, los herederos que acepten dicha herencia deberán pagarla con su propio patrimonio.
¿Se pueden deducir los gastos del sepelio?
Sí, los gastos de sepelio se consideran una deuda deducible de la masa hereditaria. Esto es muy importante a la hora de calcular el Impuesto de Sucesiones.
¿Qué significa esto? Que antes de calcular el impuesto que deben pagar los herederos, al valor total de los bienes heredados se le resta el importe de la factura del funeral. De esta forma, la base sobre la que se calcula el impuesto es menor, y por tanto, se pagan menos impuestos.
Preguntas frecuentes sobre los gastos de sepelio
¿Cuánto suman en total los gastos de sepelio?
Depende mucho de la provincia, pero en España la media se sitúa en torno a los 3.700€. Sin embargo, en ciudades como Madrid o Barcelona, es fácil que la factura supere los 6.000€.
¿Los gastos de sepelio y los gastos funerarios son lo mismo?
Sí, en la práctica se utilizan como sinónimos. Ambos términos se refieren al conjunto de costes asociados a la organización de un funeral.
¿Puede un seguro de vida cubrir los gastos de sepelio?
Sí, pero de forma indirecta. Un seguro de vida paga un capital a los beneficiarios, y ellos pueden usar ese dinero para pagar el funeral. Sin embargo, no se encarga de la gestión ni de la organización como lo hace un seguro de decesos, que es el producto específico para este fin.

